EmoLife

¿Quieres reaccionar a este mensaje? Regístrate en el foro con unos pocos clics o inicia sesión para continuar.
EmoLife

υn ғoro para тodoѕ, υn ғoro para нaвlar con genтe qυe тe coмprenda, υn nυevo ғoro eмo para perѕonaѕ coмo тú!!


    Historia de Ishan (por partes)

    avatar
    Invitado
    Invitado


    Historia de Ishan (por partes) Empty Historia de Ishan (por partes)

    Mensaje  Invitado Mar Sep 16, 2008 11:03 pm

    Quercus se acercó a la plaza. Miró desconfado a su alrededor. No iba a ser una noche precisamente facil. Desenfundó el revolver que llevaba en la gabardina y disparó al aire. O al menos eso parecía. Hasta que algo se movió delante de él. Pero él ni se inmutó. Dejó que le pasara. Iba a ser algo magistral, verdad?

    Su sorpresa es que no fué asi. Por hacerse el chulito delante de ese ser pronto contemplaria como sus pies estaban delante de él, sus intestinos en donde sus pies y su sangre en un gran charco. No fué un corte limpio. Pero fué eficaz. Entonces el monstruo se le acercó. Quercus se le acercó y le propinó un disparo en la cabeza

    - nos veremos pronto, capullo- dijo Quercus antes de desfallecer y perder el sentido

    Y cuando despertó estaba tumbado en un potro

    - tienes razón, -dijo el monstruo que antes estaba delante de el. Muy pronto.

    Durante la eternidad Quercus no se cansaria de oir dos cosas. Sus gritos y la risa de ese ser

    Ishan caminó hasta la mazmorra de su amigo, Faust. Estaba torturando a un hombre que acababa de matar. El era asi, le gustaba destruir indefensas y sencillas criaturas del exterior.

    De una patada, Ishan tiró la puerta abajo y vió como un cuerpo sin piernas estaba delante de Faust. Estaba en un potro y no podía moverse, pues la agonia era atroz. Los intestinos estaban ardiendo por un hierro.

    Faust!!- dijo Ishan- Viejo, que tal?

    Faust no se parecia a un ser humano. Estaba cambiado. Ahora era una especie de simio gigante con cuernos de cabra, hocico de lobo y garras de cuervo. De pelo marrón claro y de Cabellos largos y blancos. No era el Faust que Ishan conocia. Ya era mas bien un demonio sin voluntad, solo le doblegaba el instinto. Y por supuesto las ordenes del maestro. El era el que hacía todo, el maestro.

    Ishan- dijo Faust con su voz gutural- Cuanto tiempo.
    Mucho- respondió Ishan con una sonrisa en sus labios- El maestro ha hablado. Tenemos trabajo arriba.

    Ishan no habia cambiado desde que conoció al maestro, tenía cuernos de cabra, eso si, y alas, pero nada mas, sus instintos no aflorarian ya en él. Y aunque esto preocupaba mucho al maestro, no era algo malo, pues significaba que podriá rectificar si fallaba. Aunque para el maestro no habia lugar para los errores.

    ¿Que ordena el maestro?- dijo Faust- Espero con ansia cumplir sus deseos.
    Esta te va a gustartenemos que matar a una pandilla- dijo Ishan- Son todos adolescentes. Quizá alguno te sirva para hacer compañia a eso- y señaló a lo que quedaba de Quercus.
    Lo cogí porque se creía muy chulo- dijo Faust- Creía que podría acabar conmigo de un disparo. Asi que le destrocé para que aprenda.
    Te pasaste- dijo Ishan. Sabes perfectamente que el maestro no quiere mas gente para torturar. No voy a contarle nada, pero no vuelvas a hacerlo, tio, y yo que tu tenía miedo, porque como se pase por aqui y lo vea no seré yo el que diga lo que puede hacerte. En fin, deja a tu cosa aqui y vente conmigo.

    Faust dió un ultimo repaso a Quercus, que seguía sufriendo indecibles tormentos mientras Faust le encendía un hierro en las uñas.

    Y ya por fin se reunieron y decidieron pasar por el portal. Era un simple glifo en el suelo y un menhir. Ambos tocaron el altar y el portal les condujo a donde debían estar. El portal no lleva a donde se desea, sino a donde se debe estar.

    Aparecieron por Madrid, delante de un lambourgini negro. Su aspecto había cambiado. Los cuernos de Ishan y la cola desparecieron, y Faust ahora parecía un humano. Tenía el pelo corto y de punta. Parecían opuestos, Ishan parecía un vampiro y Faust un tipo duro, Ishan iba con su abrigo largo y Faust con tirantes. Miraron alrededor y vieron lo que parecía ser el dueño del coche llendo hacia el. En un principio no se fijó mucho en los dos demonios hasta que estos estuvieron tan cerca del coche que era imposible no verlos

    -¿que, os gusta?- dijo con mal humor- Pues que os jodan, os comprais uno.

    Faust miró al hombre con mirada seria y este ultimo cayó fulminado. Entonces aprovecharon para coger el coche.

    -¿De cuanto tiempo disponemos?- dijo faust con una voz normal
    -De todo el que queramos, palabras textuales del maestro- dijo Ishan.
    Ambos rieron como si de dos chicas adolescentes se trataran, pero era porque sabían perfectamente que eso significaba una cosa, diversión. Y todo el tiempo significaba que a lo mejor se quedaban mucho en el lugar. Madrid tenía un mundo de posibilidades. Gozarían de los placeres del alcohol de nuevo, de la vida, incluso quizá de alguna compañera a la que amar durante un dia o dos. Proporcionando un placer que nunca olvidaria, pues los demonios como ellos nunca eyaculan.

    - ¿Que radio ponemos?- dijo Faust- o tenemos asignada música
    - No, no tenemos asignada, pero te la asigno yo, pon esto- y tras decir eso se sacó un cd de los Type O Negative. Tras ponerlo en el aparato miró de nuevo a Faust y le dijo- esta noche va a ser buena, tio, muy buena.- y tras ello aprovechó y se puso las gafas de sol. Tambían aprovechó para alargar un poco los colmillos, quizá asi espantaria a los babosos que se fijasen en la chica que eligiera esa noche.

    Con el coche en marcha y la música a todo trapo recorrieron Madrid. El aura que desprendían atraía a las jóvenes del lugar, y por consiguiente a los hombre que las acompañaban les enfurecía. Pasaron lentamente por un montón de garitos, y las jovenes iban a verles. Mas de un hombre quiso partirles la cara. Pero era imposible siquiera acercarse a ellos, estaban protegidos por un ejercito de chicas. Pasaron despues por gran via y pararon justo delante de dos parejas. Debían ser novios. Quien sabe, en ese momento Ishan no se iba a poner tiquismiquis (considerando que por supuesto eso para Ishan era ser tiquismiquis). Entonces pararon el coche e Ishan bajó. Faust se quedó en el coche. Ishan aprovechó y pasó delante de la pareja y se sentó en un banco. Las dos chicas suspiraron y fueron su lado en el banco. Los tios estaban alucinando. Pero ellas rapidamente quisieron presentarse a Ishan. Los dos hombres no se iban a quedar parados y uno intentó coger a Ishan, pero este ya se había movido hasta su espalda para cuando el otro se había dado cuenta.

    -No hagas eso, por favor- dijo Ishan- me estropearas el abrigo.

    Segun dijo esto la chica que debió ser su novia le dió un bofetón y le escupió. Ishan aprovechó y besó suavemente la mano de la chica mientras hacía una reverencia. Esta iba con un vestido azul luminoso, sin lujos, muy sobrio. Los labios de rojo y maquillaje azul por los ojos. Ishan la cogió por la cintura y la acompañó al coche. Faust ya había tenido sus rencillas con el otro y ahora la otra chica, una pelirroja que iba con una blusa roja y una falda negra, estaba en el asiento trasero. Ishan volvió a su asiento delantero de copiloto y dejó a ''su chica'' en el asiento trasero junto a la otra.

    - Faust- dijo Ishan- llevamoa a estas bellas damas de la mas pura y deslumbrante luz a nuestra humide morada?
    - Será un placer- sijo Faust con una sonrisa en la boca.- Va a ser una noche muy entretenida
    - Chicas- dijo Ishan- no conocemos vuestros preciosos nombre.
    - Yo soy Eva- dijo la pelirroja
    - Yo soy Silvya- dijo la morena.
    - Me rindo ante vuestros encantos- dijo Ishan.

    Luego de ello fueron a las casa que a ellos habían pertenecido en vida. La misión iba a estar bien. Demasiado quizá. Al fin y al cabo era en Madrid, asi que lo mas probable es que fuera de noche cuando mejor pudieran cumplirla, mientras la gente sale. Pero no seducirian, se ahorrarían eso. Para eso ya tenían a dos bellas chicas con su espectacular sonrisa y su mirada penetrante.

    - Faust. Aun recuerdo cuando eras Nacho
    - Yo tambien cuando tu tenías un nombre.
    - No digas cual es, ni tampoco como me apodaban, es un secreto. Ni siquiera ellas deben saberlo.

    Subieron pues a casa de Faust. Y lo que despues vendriá vendrá en el siguiente episodio.

      Fecha y hora actual: Sáb Abr 27, 2024 8:07 am